Preservar la Fertilidad
Preservación de la fertilidad (criopreservación de ovocitos)
El éxito de cualquier técnica de crio preservación (congelación de ovocitos) se encuentra en la posibilidad de lograr nacidos vivos en una proporción similar a la alcanzada con ovocitos frescos, en este proceso están involucradas una serie de variables dependientes de la técnica y de la paciente en si, como lo son:
Razones personales
esto dada la propia necesidad o deseo de la paciente de realizar una crio preservación
Razones Medicas
- Cáncer
- Otras enfermedades que requieren quimio o inmunoterapia
- Artritis reumatoide
- Endometriosis
- Baja reserva ovárica
- Ovariectomía bilateral o unilateral (extirpación de los ovarios)
La vitrificación o “congelación” de ovocitos es una técnica de reproducción asistida que consiste en obtener los óvulos de la mujer para conservarlos a temperaturas muy bajas (-196°C) durante un tiempo indefinido.
Este método es utilizado principalmente para preservar la fertilidad femenina por causas médicas ya antes mencionadas o en mujeres que quieren retrasar el momento de ser madres. No obstante, la vitrificación de óvulos también se emplea en tratamientos de fecundación in vitro (FIV) que requieran la crio preservación de los ovocitos previos a la fecundación.
La principal ventaja de la vitrificación de óvulos es que se mantiene la calidad ovocitaria durante todo el tiempo que los ovocitos permanezcan vitrificados. Esto quiere decir que los óvulos tendrán la misma calidad que poseían en el momento de ser vitrificados cuando la mujer decida utilizarlos.
El primer paso antes de iniciar un tratamiento para vitrificar los óvulos es hacer una ecografía vaginal y una analítica hormonal a la mujer. Estas pruebas permitirán a nuestro especialista valorar el estado de la reserva ovárica de la paciente.
Posteriormente, la paciente tiene que pasar por un proceso de estimulación ovárica controlada, al igual que si fuera a realizarse un tratamiento de FIV. Nuestro especialista le indicará a la paciente la medicación hormonal que tiene que inyectarse con la finalidad de que los ovarios desarrollen varios folículos a la vez.
Durante este proceso, la paciente tiene que acudir a controles para comprobar mediante ecografías si el crecimiento folicular es el adecuado. En función de la respuesta ovárica, el especialista puede ajustar la dosis de medicación hormonal y los días de tratamiento.
Finalmente, cuando la mayoría de los folículos hayan alcanzado un tamaño adecuado, el especialista programará la punción folicular para obtener los óvulos.
La punción folicular es una intervención sencilla en la que, mediante una aguja eco guiada, nuestro especialista aspira los folículos para extraer los óvulos de su interior. El proceso de aspiración folicular dura unos 20- 30 minutos y la paciente se encuentra sedada para evitar molestias.
Después de extraer los ovocitos en el quirófano, estos se llevan al laboratorio de FIV. Allí, nuestra embrióloga evalúa su estado de maduración y calidad antes de proceder a la vitrificación. Para ello, es preciso decumular los óvulos, es decir, quitarles las células de la granulosa que se encuentran a su alrededor.
Una vez hecho esto, el método más habitual para vitrificar ovocitos es el Cryotop. Se trata de un soporte que consiste en un mango de plástico al que va unida una tira transparente. Sobre esta pequeña tira, quedará adherido el óvulo después de haber sido tratado con las sustancias crio protectoras.
¿Cuándo planificar la fertilidad?
A los 30 años deberíamos conocer si queremos ser padres para entre los 30 y 35 plantear la estrategia, que puede ir orientada a una gestación espontánea a corto plazo o a preservar la fertilidad mediante la vitrificación de óvulos o congelación de esperma siempre antes de los 35 años. El retraso de la maternidad nos hace no solo perder los mejores óvulos en las primeras etapas reproductivas que es alrededor de los 20 años, sino que además provoca un gasto continuo de óvulos y un desgaste de los órganos reproductivos.
A partir de los 30 años la fertilidad femenina empieza a descender, pero, a partir de los 35 años, este descenso se hace muy acusado de tal manera que, a los 40 años, la posibilidad de quedarte embarazada de forma natural es tan solo de un 5% en cada ciclo, mientras que, además, aumenta el riesgo de embriones anómalos.